¡Fruta fresca!

Hace mucho que no actualizamos nuestro blog. Este curso nos proponemos una novedad fresca: vamos a convertir este blog en un espacio de divulgación y cultura de la salud, el bienestar y el crecimiento personal. Iremos publicando artículos de nuestros profesionales colaboradores y extractos de las charlas y talleres que vayamos organizando en ARSIS.

Para comenzar, ahora que todavía estamos en los finales del verano, nada mejor que un estimulante recordatorio sobre la importancia de comer fruta fresca. Delicias sanas que aquí, en nuestro país, afortunadamente podemos disfrutar...

Agradecemos a Juan Carlos de Sanctis su aportación. Muy pronto estará en nuestros locales atendiendo a consultas de dietética y nutrición, y ofreciendo terapias como el quiromasaje. De jueves a sábado en horas convenidas.

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Las frutas constituyen la alimentación más asimilable para el organismo humano. Las más apreciables son las llamadas ácidas.
 
Es el gran error pensar que el ácido de las frutas es perjudicial: lejos de hacer daño, limpia el organismo.
Eminentes bacteriólogos han comprobado que el ácido orgánico natural impide el desarrollo de los microbios y es un preventivo contra la putrefacción de ciertos alimentos en el intestino.
 
Los ácidos de las frutas favorecen también la secreción de las glándulas salivales y del estómago, del hígado y de los intestinos. Curan las afecciones catarrales de las vías respiratorias y de las mucosas estomacales e intestinales.
Por tanto, es necesario comprender que las frutas, incluso las ácidas, no hacen ningún mal. Al contrario son el remedio indicado para disolver y eliminar todas las toxinas del organismo, nutriéndolo y vitalizándolo.
 
Las frutas frescas contienen poca albúmina, pocos hidratos de carbono, mucha celulosa, vitaminas y sales orgánicas. Son alimentos sabrosos, puros y, en general, de muy fácil digestión.
El azúcar de las frutas es de asimilación rápida y completa, cuando más madura es la fruta, mayor es la cantidad de fructuosa  que  contienen.
 
Las frutas despiertan el apetito y estimulan las funciones digestivas por la cantidad de sales minerales que contienen,  tales como los malatos, los tartratos, los citratos. 
Son diuréticas, facilitan la eliminación de las toxinas, como el ácido úrico. Además, poseen una importante cualidad: son laxantes. Muchas personas consiguen evacuar comiendo regularmente, por la mañana, peras, manzanas, kiwis o uvas.
En general, hasta las personas que creen tener buena salud deberían de hacer de vez en cuando una cura de frutas frescas y crudas, eligiendo por ejemplo, las vacaciones anuales, pues durante la cura es necesario reposar.
Casi todas las frutas frescas pueden ser empleadas para la cura, pero algunas tienen un poder excepcional. En su conjunto aportan minerales y vitaminas.
Como purificadoras del organismo, su acción alcalinizante y muchas veces energética es particularmente favorable para nuestros órganos.
Así, por lo expuesto, os invitamos a incorporar frutas frescas en vuestras dietas, si fuera el caso que de momento no lo estéis haciendo.

Juan Carlos de Sanctis Medicina Complementaria, Nutrición, Quiromasaje